¡Hola! Bueno, aquí está un epílogo extra de La
Elegida el libro final de la trilogía La Selección de Kiera Cass.
Algunos igual conocían la existencia de este epílogo, pero quizá no todos. Si
no lo habéis leído os lo voy dejar aquí para que podáis hacerlo. CONTIENE
SPOILERS DE "LA ELEGIDA".
EPÍLOGO EXTRA
Medio dormida, sentí cosquillas en mi
hombro. Estaba sucediendo otra vez, instintivamente me alejé.
El cosquilleo regresó, viajando a través de mi espalda. Oh, no era una
brisa al azar u otra pluma que había escapado de mi almohada.
Eran besos.
Con los ojos aún cerrados, sonreí para mis
adentros mientras Maxon apartó un mechón de cabello para encontrar un nuevo
lugar que besar. Despertar con la sensación de Maxon respirando en mi
piel me recordó como terminamos anudados en estas sabanas en primer lugar.
Me reí mientras su boca tocó un punto delicado en
mi cuello.
-Buenos días cariño -susurró
-Buenos días.
-Me preguntaba,- comenzó, murmurando las palabras
en mi mejilla cuando me volteé, -ya que es mi cumpleaños, ¿crees que podríamos
pasar el día entero en la cama?
Sonreí y obligué a mis ojos soñolientos a
abrirse.
-¿Y quién gobernará el país?
-Nadie, deja que se caiga en pedazos. Siempre y
cuando tenga a mi America en mis brazos.
Su cabello era un perfecto desorden, y él estaba
tan cálido que cada partícula en mi cuerpo no quería más que estar aquí
con él. Era completamente fascinante para mí la manera en que el amor
creció. No dejaba de pensar que había encontrado una manera de darle todo
lo que tenía, pero entonces aprendería una nueva peculiaridad, escuchar
una nueva historia, ir a través de una nueva experiencia y mi corazón se
hinchó
-¿Pero que hay de la fiesta? Pasamos semanas
planeándola- me quejé.
Apoyó la cabeza en su mano -Hmm. Está bien, nos
tomaremos 10 minutos para acabar con la fiesta y volveremos aquí.
Maxon envolvió sus brazos alrededor de mí y
reí mientras él me cubría de besos.
Estábamos tan distraídos que incluso no
escuchamos al mayordomo abrir la puerta.
-Su majestad hay una llamada de...-.
Antes de que él pudiera terminar, Maxon le lanzó
una almohada y el mayordomo retrocedió al pasillo cerrando la puerta detrás
de él. Hubo una pausa antes de que una voz amortiguada se escuchara.
-Lo siento, señor.
Me había acostumbrado a la falta de privacidad
desde que vivía en el palacio, y en cuanto a momentos incomodos, este es uno
de los mejores. Cubrí mi boca tratando de contener la risa, y cuando Maxon
vio mi sonrisa, sonrió también.
-Bueno, creo que eso responde a mi pregunta.
Me senté a besar su mejilla e inmediatamente
sentí una oleada de mareos.
-Oh.
-¿Estás bien?
-Mmhm- balbuceé, cubriendo mi boca. -Me he
sentado muy rápido.
Él recorrió mi espalda con su mano, y me dejé
caer sobre él.
-Otra vez. ¿A qué hora es la fiesta?
-A las seis. Todos vienen, incluso mi madre.
-Oh, entonces será realmente una fiesta.
Le golpeé.
-¿Alguna vez lo olvidarás? Fue una vez.
-Ella bailó en la fuente en Nochevieja, America-
dijo con diversión infantil en los ojos.- Fue asombroso y nunca lo
olvidaré.
Suspiré.
-De cualquier modo, no llegues tarde. Me iré
a vestir. Te veo en el desayuno.
-Está bien.
Saqué la sabana de la cama mientras me levantaba
y me enrollé con ella.
Él se recostó y me vio ir.
-De todos tus vestidos, ese es mi favorito.
Mordí mi labio mientras lo miraba una última vez
antes de abrir la puerta que me lleva a mi suit. No había manera de que
tuviera suficiente de él.
Mary estaba esperando por mí, por supuesto. Ella
estaba acostumbrada a mirarme volver de la habitación de Maxon o verlo a
él retirarse de la mía, pero estaba conociendo esa sonrisa que me da cada
vez.
-Buenos días su majestad- me recibió con una
reverencia.
-Entonces, ¿pasó buena noche?
-¡Limpia esa sonrisa de tu cara!- Bromeé,
tirándole la sabana y corriendo al baño.
Había estado preocupada por el corte de mi
vestido, pero quedaba espectacular. Las cabezas voltearon cuando
caminé dentro de la fiesta e intenté aceptar la atención amablemente.
Incluso dos años después de haberme casado, ser el centro de atención era
algo a lo que me tenía que acostumbrar.
May se precipitó a mi lado.
-¡Te ves radiante Ames!
-Gracias. Tú tambiés estás muy bien.
Le toqué uno de sus rizos perfectamente colocados
y me maravilló lo bien que mi hermana se había adaptado a la vida de la
realeza. No me sorprendía. Siempre siendo encantadora y burbujeante, tan pronto
como ella y mi familia se mudaron a los Ángeles, May se convirtió en la
favorita de los medios. Mientras que un montón de fotos mías serían impresas
mañana, habría dos veces más de May.
-¿Te sientes bien?- Me preguntó.
-Sólo un poco distraída. Ve, diviértete. Necesito
asegurarme que todo salga sin problemas.
-¿Divertirme? ¡Estoy en eso!
Salió disparada, saludando a la gente.
Estaba segura que ella no se daba cuenta de lo chispeante que era.
La fiesta estaba en pleno apogeo por ahora y se veía que la gente
disfrutaba de ellos. La decoración era simple, las luces eran
encantadoras, y los músicos estaban haciendo un excelente trabajo.
Espero que Maxon este complacido.
Me estiré de puntillas, escaneando la habitación. Si Maxon me ha escuchado, el debería estar por aquí en algún lugar ahora. No lo encontré, pero si vi a Marlee. Ella se precipitó nada más, dejando a Carter hablar con alguno de los guardias.
-La fiesta es asombrosa America- dijo demasiado
efusiva, besando mi mejilla.
-Gracias. Estoy tratando de encontrar a Maxon,
¿lo has visto?
Ella se giró para buscar conmigo.
-Lo vi viniendo, pero no tengo idea de donde está
ahora.
-Hmm, tendré que dar una vuelta. ¿Cómo está Kile?
Sonrió ansiosamente.
-Bien. Estoy tratando de acostumbrarme a dejar
que una niñera lo cuide.
Kile estaba justo sobre el año, y Marlee lo
adoraba absolutamente. –Tanto como yo. Él era el único hombre que pasaba tiempo
en el salón de mujeres sin pedir expresamente permiso.
-Estoy segura que él lo está haciendo bien
Marlee. Y te hará bien pasar un tiempo con Carter a solas.
Asintió con la cabeza.
-Tienes razón. Los dos nos estamos divirtiendo.
Pero sólo espera y verás. Es difícil dejarlo aunque sea por un rato.
Sonreí.
-Sólo puedo imaginarlo. Ve, disfruta algo de la
comida. Te veré después.
-De acuerdo.
Me dio otro beso e hizo su camino de vuelta hacia
Carter.
Serpenteé alrededor del salón buscando a mi
esposo. Cuando finalmente lo vi, mi corazón se iluminó. No simplemente porque
estaba feliz de encontrarlo, era porque él estaba hablado con Aspen.
Aspen ya no necesitaba el bastón para caminar,
pero había veces en las que todavía cojeaba, especialmente si estaba cansado.
Todos consideramos un milagro que haya sanado tan bien, pero si alguien podría
haberse curado a través de pura determinación, ese era Aspen.
Se veían enfrascados en su conversación, me moví
cerca, llegando detrás de ellos.
-¿Fue duro tu primer año? Muchas personas dicen
que lo es pero vosotros dos parecías hacerlo bien. -Dijo Aspen.
Él y Lucy habían planeado casarse no mucho
después que Maxon y yo lo hiciésemos, pero cuando su padre enfermó todo fue
suspendido. Él eventualmente se recuperó, pero incluso después de eso Aspen
arrastro su pie más de lo que lo necesitaba. Sospeché que tuviera miedo de que
Lucy pudiera cambiar de idea y me culpé de ese miedo. Ellos estaban bien el uno
para el otro, él nunca necesitó dudar. Y cuando ellos finalmente ataron el
nudo, yo estaba tan feliz como el día de mi boda.
Maxon suspiró.
-Es difícil de explicar, no creo que la parte del
matrimonio fuera tan dura como los deberes. Era mucho pedir para ella entrar en
el rol de reina cuando apenas se había acostumbrado a la idea de ser una
princesa.
-¿Pelearon?
-¿Estas bromeando? Eso es lo mejor que sabemos
hacer.
Él y Aspen compartieron una risa. Quería estar
ofendida, pero era cierto.- Nosotros éramos buenos discutiendo. Aún que
habíamos cesado mucho.
-No sé por qué se siente como un gran problema.-
Dijo Aspen dejando de reír. -Buscamos casarnos por tanto tiempo. ¿Por qué se
siente abrumador ahora que lo estamos?
-Es el título- Maxon afirmó dando un sorbo de
champán. -Da miedo ser un esposo. Se siente que hay más que perder. Fácilmente
estaba más preocupado por el título que por ser llamado rey.
-¿En serio?
-En serio.
Aspen estaba callado considerando esto.
-Escucha,- empezó Maxon.- Este no soy yo
echándote. Tú siempre serás bienvenido aquí. Pero tal vez lo que Lucy y tu
necesitáis es vuestro propio hogar.
-¿Qué? ¿Cómo una casa?
-Mira alrededor, lleva a Lucy contigo y mirad si
encontráis un lugar que os guste, eso se sentiría como que están trabajando en
algo juntos. Hacer una vida juntos sería más fácil si tuvieran una casa que
fuera realmente suya.
-Marlee y Carter lo hacen bien aquí.
-Ellos son una pareja diferente.
Aspen miró abajo, y pude ver que algo de esto le
hizo sentir como que había fallado.
Maxon le dio palmadas en la espalda.
-No confío en mucha gente del modo en que confío
en ti. Has hecho mucho por America y por mí. Sólo tienes que mirar. Mira si hay
algo allá afuera que vosotros realmente queráis, y si lo hay, considéralo un
regalo de nosotros.
-Es tu cumpleaños. Se supone que eres el único
recibiendo regalos- Aspen protestó pero había una sonrisa en su rostro al mismo
tiempo.
-Tengo todo lo que quiero. Un país en alza, un
matrimonio feliz y buenos amigos. Salud, señor.
Aspen levantó su copa con una sonrisa y bebieron.
Parpadeé lejos mis lágrimas de felicidad y me acerque tocando a Maxon en el
hombro.
Se dio la vuelta y rompió en un rayo de sonrisa.
-Ahí estas, cariño.
-¡Feliz cumpleaños!
-Gracias a ti. Esta es la mejor fiesta que he
tenido.
-Lo has hecho bien, Mer- añadió Aspen.
-Muchas gracias a los dos. - Me giré hacia
Maxon.- Necesito robarte un momento.
-Por supuesto. Hablaremos más tarde- le prometió
Maxon a Aspen y me siguió desde la habitación.
-Por aquí- Le indiqué tirando de su brazo.
-Perfecto -dijo mientras caminábamos en el
jardín.- Un descanso de la locura.
Reí poniendo mi cabeza en su hombro. Sin
instrucciones, nos llevó hasta nuestro banco, y nos sentamos, el mirando al
bosque y yo mirando al palacio.
-¿Champán?- me ofreció lo que quedaba de su copa.
-No gracias.
Tomó un sorbo y suspiró con satisfacción.
-Esta fue una gran elección, de verdad America,
este fue el mejor cumpleaños que podría haber esperado. Bueno, el segundo
mejor. Todavía me sigue gustando la opción que se me ocurrió esta mañana.
Sonreí.
-Tal vez el próximo año.
-Espero que lo mantengas.
Tome aire.
-Escucha, sé que tenemos toda una noche nuestra
por delante, pero quería darte tu regalo de cumpleaños.
-Oh, cariño, no necesitas darme nada. Cada día
contigo es un regalo. -Se inclinó y me besó.
-Bueno, no tenía planeado darte un regalo, pero
entonces algo se presentó solo, así que aquí vamos.
-Está bien, entonces- dijo poniendo su copa en el
suelo.- Estoy listo. ¿Dónde está?
-Ese es el único problema, -empecé. Sentí que mis
manos empezaban a temblar.- No llegará en realidad hasta dentro de unos siete u
ocho meses.
Él sonrió pero miró de soslayo.
-¿Ocho meses? ¿Qué en el mundo podría tomar… -A
medida que sus palabras se alejaron, también lo hicieron sus ojos, dejando mi
cara y que se dirigían a mi estómago. Parecía esperar verme diferente, para mí
ya estaba tan grande como una casa. Pero hice mi mejor esfuerzo para esconder
todo: el cansancio, las náuseas, el repentino disgusto por la comida.
Él miraba una y otra vez, y yo esperaba por una
sonrisa suya o que riera o que saltara de arriba abajo.
Pero él se sentó ahí, hasta el punto que empezó a
asustarme.
-¿Maxon? -Extendí la mano y toqué su pierna.
-Maxon ¿Estas bien?
Él asintió con la cabeza, sin dejar de mirar a mi
estómago. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras hablaba.
-¿No es extraordinario? De repente te amo mil
veces más- dijo, en voz baja y con admiración. -Y yo que creía imposible
encontrar el amor en persona de la que no sé nada. -Finalmente me miró.- ¿De
verdad vamos a tener un bebé?
-Sí,- respiré, bien también.
Sus ojos se iluminaron.
-¿Es un niño o una niña?
-Es demasiado pronto para decirlo-, le dije con
lágrimas de felicidad.- No hay mucho que el médico pueda decir aún, excepto que
alguien está definitivamente allí.
Maxon puso una mano suavemente sobre mi barriga.
-Vamos a acortar tus días de trabajo, por
supuesto, o podemos cortarlos por completo si tenemos que hacerlo. Y podemos
tener más criadas puestas de guardia.
-No seas tonto. Mary y Paige son suficientes.
Además, ya sabes que mi madre va a querer estar aquí, y Marlee y May van a
estar alrededor. Voy a tener demasiadas personas cuidando de mí.
-¡Como debes!
Tiré mi cabeza hacia atrás y me reí, pero cuando
lo miré de nuevo, vi que su expresión se había oscurecido.
-¿Y si yo soy como él, América? ¿Qué si soy un
padre terrible?
-Maxon Schreave, eso no es posible. En todo caso
tú serás demasiado generoso. ¡Vamos a tener que contratar a la niñera más
estricta del mundo sólo para igualar!
Él sonrió.
-Sin niñeras estrictas. Sólo niñeras buenas.
-Si tú lo dices, Su real esposo.
Maxon se aclaró la garganta y se enjugó las
lágrimas.
-¿Estoy asumiendo que este es nuestro secreto?
Él sonrió ampliamente.
-De todos modos, ahora definitivamente tengo
ganas de celebrar.
Él me levantó, apresurándome a entrar, y yo no
podía dejar de reír. Me asomé hacia su expresión, tan esperanzado y emocionado,
y yo sabía que estábamos apenas llegando a la mejor parte de nuestras vidas.
FIN
AWW LLOROOO DE FELICIIIDAAADD����
ReplyDeleteJAJAJJAJ SOMOS DOS!! QUE HERMOSO EPILOGOOOO
DeleteNo supero este epílogo, a pesar de haber leído tantas veces esto no pude soportar más...
ReplyDeleteLuego de terminar la corona me entraron unas ganas enormes de volver a centrarme en la historia de Maxon y América, obviamente me encantó todo lo relacionado con Eadlyn y su selección, pero nada nunca superará cuánto amo la relación de Ames y Maxon❤
Eadlyn tiene una historia bonita, pero la de Maxon y America es magica ❤❤
Deletetotal es hermosooo
Deletees verdad
DeleteTODOS necesitamos un Maxon en nuestras vidas
ReplyDeleteAmen hermana
DeleteAme el final :') y me encanta esa pareja 💞
ReplyDeleteVOY A LLORAR POR TERCERA VEZ!
ReplyDeleteestoy igual este epílogo nunca se supera
Deletetermine de leer los tres primeros libros y sentir que algo me faltaba, como que no estaba del todo satisfecha, pero no quería leer los otros libros, pero de repente me encuentro con esta preciosura y ahora ciento que puedo morir en paz TuT
ReplyDeleteOMG! no creí que existiera este epilogo, ayer termine de leer los tres primeros libros de la selección y estoy feliz con esto, la vida no puede ir mejor, Maxon y Mer son fascinantes!!
ReplyDeleteamooooo con todo mi corazón
ReplyDeleteestooo